jueves, marzo 24

Lapiz amarillo.

"Ten buen dia", --dijo la madre. "Tu igual", --respondio la hija. La niña se estiro a darle un beso a su madre mientras ella lavaba los trastes. El padre apurado sale del cuarto con pasos fuertes y pone su maletin negro sobre la silla junto a la pared en la cocina. Paro un momento para arreglarse el nudo de la corbata. La hija abraza a su padre y con una palmada leve en la espalda de la niña, la niña lo suelta y se va. "Mujer deja de estar vagando y haz algo por la vida", dijo el hombre con una voz grave y autoritaria. La mujer cabizbaja no responde. El hombre disgustado levanta el maletin negro, se da media vuelta y se va. La mujer levanta el rostro con cautela mientras una lagrima chorrea por su mejilla. Logra ver su rostro en el vidrio frente al caño de la cocina donde al ver su rostro moreteado voltea la cabeza a la izquierda rapidamente aguantando el llanto y con rabia da un grito entre dientes. Cierra el caño, seca el plato y lo pone junto a los otros. Mientras se seca las manos con una toalla blanca ya mojada de tanto secar, se acerca cuidadosamente a la ventana donde todavia puede ver aquel mercedes azul yendose. Tanta rabia, tantos sentimientos mezclados, tantos pensamientos, repetia la madre como susurrando. Rezando por el bienestar de su hija.
El hombre trata de sintonizar la estacion de radio en su auto del año. No puede hacerlo -- "Bruto!", exclama el hombre. Termina apagando la radio. Manejando a mas de la velocidad indicada el hombre pensaba en como va a solucionar aquel lio en el cual se ha metido. Distraido, frena rapidamente por no percatarse de la luz roja."Aaahh", grita el hombre, mientras golpea ambas palmas en el volante. Se agarra la cara y entrelaza su dedos en su cabello y exhalando fuerte dice: -- "Que he hecho Dios Santo, ¿Que he hecho?".
En aquel mismo instante la niña sentada en el bus, camino a la escuela, aislada de todos miraba al cielo atraves de su ventana y veia como las nubes engrisaban. Con su mochila en brazos lloraba por sus padres -- "Diosito por favor haz que ya no peleen mas, te juro que si paran de discutir ya no voy a ver tele nunca mas!", susurraba la niña dentro de su inocencia, mientras sostenia con fuerza su mochila. Un lapiz se deslizo y logro salir de la mochila. La niña no escucho el leve golpe que dio el lapiz con el suelo. Aquel lapiz amarillo rodo varios asientos hacia atras donde habia un niño que con su cabeza inclinada en el asiento delantero y lagrimeando vio aquel lapiz amarillo rodar y dar a lado de sus zapatillas negras. Aquellas que su madre con mucho esfuerzo compro, ya que su padre se fue de su casa sin razon dar y solo le queda el recuerdo de esa madrugada de diluvio donde los truenos herian sus timpanos y la lluvia golpeaba su ventana con fuerza como si quisiera entrar. Esa noche escucho la puerta abrir y su padre arrodillarse al lado de su cama, el niño cubierto en lagrimas no volteo a verlo por temor a el, como siempre lo tuvo, a tenido y tendra, -- "¡Hijo mio! no he sido buen padre, te he lastimado a ti y a tu madre en muchas ocasiones. No puedo continuar asi como estoy. ¡No deseo hacerlos sufrir mas! Aunque no me lo creas, aunque no te lo haya demostrado o dicho, ¡te quiero hijo mio, te amo¡" dijo el padre. Sin mas decir el caballero se puso de pie, abrio la puerta, volteo a mirar a su hijo sobre su hombro y se fue. El niño en un llanto silencioso se paro y se acerco a su ventana donde habia una rama que zarandeaba firmemente aparentando golpear el vidrio. El niño mira hacia abajo y ve como su padre con una simple maleta en mano se iba caminando en la tormenta. Lo continuo viendo hasta que desparecio en la distancia. Una lagrima cayo en aquel lapiz amarillo que el niño sostenia en su mano, la limpio con su polo y se la metio al bolsillo.
Ya hace mas de 6 meses que su padre se fue y escucha a su madre llorar noche tras noche. El niño sufre por su madre, odia a su padre y disgusta de los hombres. Disgusta de si mismo. Diez años y viviendo una tragedia, no es el primero ni sera el ultimo pero es el, lo vive en carne propia y le duele.
La madre consternada por la vida de su hijo, no sabe que hacer. Sus ahorros se agotaron. Ya esta atrasada 2 meses en el alquiler del departamento y este es la tercera vivienda que estan en los ultimos meses. Se lamenta no haber terminado sus estudios, ahora que los necesita tanto para trabajar. Tan joven pero acabada. El telefono sono --
"¡Alo!", dijo la mujer.
"¿Podria hablar con esmeralda?", pregunto un hombre al otro lado de la linea.
"Con ella", repondio la mujer.
"Mi nombre es Juan Ramirez y estoy llamando del banco de ...." a medias explico el hombre. Antes de poder terminar su explicacion la mujer habia colgado el telefono. Sentada en ese sofa con sus manos maltradas en su frente, plañiando sutilmente, el telefono suena nuevamente. Arrebatadamente la mujer agarra el telefono y lo tira contra la pared. El timbre ceso. Se volvio a sentar, ahora mas calmada, "Esmeralda, anda bañarte y vestirte. Hoy vas a encontrar trabajo."--se dijo a si misma. La mujer se paro de aquel sofa y mientras caminaba hacia su dormitorio se queda mirando el telefono quebrado en el suelo y los cables esparsidos. "¡Que desastre!", piensa. Se desnuda con delicadeza, se para frente al espejo del aparador en su dormitorio, se mira fijamente el rostro. Se desata el pelo y con sus manos maltratadas y se acaricia el rostro como intentando de desvanecer aquellas arrugas que un dia no estuvieron ahi.

El caballero entra a su oficina coloca su maletin encima de su escritorio, se sienta en su silla reclinable con sus manos sobre su nuca, exhala con rudeza y cierra los ojos. Una mujer entra a la oficina desapercibida. Con delicadeza cierra la puerta y camina hacia el lado del hombre. "¡Mi amor!", le susurra en su oido. El hombre reacciona asustado. "¿Que quieres, Gabriela?", le dice el hombre con un tono fuerte pero suave para no darse a notar dentro de la oficina.
"¿Acaso ya no me quieres? Amorcito", dijo Gabriela con sarcasmo.
"¡¡Alejate de mi vida de una vez por todas!! Te lo suplico...", replica insistiendo el hombre. La mujer lo mira de reojo y da una media sonrisa pulla. Abre la puerta de la oficina y muy sensualmente se retira mientras guiñandole el ojo le manda un beso. En la puerta la secretaria sosteniendo unos documentos entra a la oficina y los deja a un lado del escritorio del ingeniero. Iba a decir algo pero se contuvo ya que el hombre ni habia notado su presencia.

El niño entra al aula y se sienta en su pupitre con una mirada aislada observando la ventana de la sala. La maestra se aproxima a él cuando voltea rápidamente y....


...continuara...

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