jueves, julio 19

Carita sucia.

"Que tienes ahi?" - dijo el dueño de la ferreteria. "No te corras!" - grito desesperadamente el. "Agarrala Miguel!" le dijo a su asistente. La niña intentaba de escabullirse por entre los pasillos de la ferreteria, casi ya llegando a la puerta para escapar con el rostro empapado en lagrimas Miguel la atrapa. El dueño la cogio por detras del polo y gritandole le dijo - "Pequeña ladrona, que haz de tener? 9 años y ya robando." Te voy a llevar a la comisaria para que te reprendan o mejor aun te metan a la carcel." La niña completamente atemorizada no hayaba palabras y tartamudeando le pedia perdon. El dueño la jala de la mano y cruzando la pista entra a la comisaria, pide hablar con el sargento. Entran a la oficina del sargento y de un manotazo sienta a la niña con fuerza. La niña sentada, temblando en lagrimas estaba muda y afligida. El dueño al lado derecho de ella y el sargento detras del escritorio. El dueño le explica lo sucedido. La niña cabizbaja mira fijamente el rodillo de hilo que sustrajo de la ferreteria sosteniendolo con ambas manos fuerte y pensativa. El dueño le quita con fuerza el rodillo de hilo de la manos y le muestra al sargento el objeto. "Ella entro a mi tienda y me robo esto!" - dijo el dueño. La niña lloriqueaba al oir todo ese alboroto. "Pero dime carita sucia porque te robaste el este rodillo de hilo?" - dijo el sargento. "Es una ratera!" - exclamo el dueño. "Silencio caballero" - le dijo el sargento al dueño. "Dime carita sucia porque te llevaste este simple rodillo de hilo de la tienda de este señor?" - pregunto el sargento. "Perdoneme mi sargento." - dijo carita sucia. "Perdoneme porfavor" - volvio a repetir la niña. "Solo necesitaba mas hilo para poder hacer llegar a mi blanca cometa alla, hacia el azul del cielo, alla a donde se ha ido mi hermosa mama." - con lagrimas en los ojos les conto carita sucia al dueño y al oficial. "Mi madre que se ha ido lejos y nos a dejado solos a mi y a mi pobre papa. Solo necesito un poco mas de hilo para hacerle llegar mi carta preguntandole porque se fue tan lejos de mi, tan lejos, dejandome tan sola, tan sola con mi pobre papa." - volvio a decir carita sucia. El dueño con lagrimas deslizandoles por sus mejillas sostuvo fuertemente a la niña. Le dio el rodillo de hilo y le prometio mas. "Una simple cartita que se la quiero hacer llegar ahi hacia el azul del cielo donde esta mi hermosa mama." - susurro la niña cabizbaja entre lagrimas. El sargento con ojos aguados se sento en su silla, respirando fuertemente y le dijo - "Anda lleva tu carta, dale el rodillo de hilo, que la carta ha de llegar. No te preocupes que tu bella madre estara ahi para leerla." La niña levanto el rostro con una sonrisa enorme y con el rodillo de hilo entre sus manos saco su cartita media sucia y arrugada se paro de la silla y le dio un beso al dueño en la mejilla y se marcho. El dueño impactado por tal relato se quedo estupefacto arrodillado al lado de la silla viendo como se marchaba la niña. Y la niña elevo su cometa tan alto con su cartita sujeta con un par de alfileres para su madre.

miércoles, julio 11

Añoranza.

Cada noche me despierto pensando que estas junto a mi,
Mirada fija a mi lado añorando que estes ahi,
Siento tu piel, tus manos, tu ser acariciandome,
Con los ojos cerrados me imagino tu entorno tocandome,
Aquel roce tan sutil y tierno que da apacibilidad,
Cuando al abrirlos abruptamente retorno a la realidad,
Aquella realidad que no me permite la estancia de tu cuerpo junto a mi,
Aquella estancia que no importe la distancia continua impregnada en mi.




(Reconocimiento JLB 1958)

lunes, julio 9

Engaño.

"¡Por la puta madre Mario! ¡¿Porqué mierda me tuviste que hacer esto?!" - gritó Ana desesperádamente. "¡Tranquila mi amor! Conversemos porfavor Ana", dijo intranquílamente Mario. "No me llames mi amor pedazo de mierda!" - exclamó entre dientes Ana. "Te lo puedo explicar todito", dijo Mario. "Mario tiene razón", hablo Soledad. "Tú te me callas golfa! Dices otra palabra y te mato, me oyes, te mato!" - gritó Ana. Atemorizádamente Soledad se arinconó en el borde de la cama con sus brazos alrededor de sus rodillas intentanto de cubrir sus senos descubiertos. "¡¿Qué explicación me vas a dar perro?!" - preguntó Ana. "¿Qué acaso de casualidad los dos estaban desnudos y se confundieron de habitación, y ¿cómo chucha terminó ella encima tuyo cachandote?, ¿Ah? ¡Responde mierda!" - dijo sarcásticamente Ana. "Tr...tr...tranquila porfavor", tartamudeó Mario. "Pinches cabrones, ¿cuanto tiempo lo han estado haciendo a mis espaldas?" - preguntó inquietamente Ana. Un silencio incómodo hubo en la habitación. La respiración de Ana se oía hasta afuera. Soledad llora sin cesar arrepintiéndose por lo hecho entre dientes. "Qué dices puta?" - preguntó Ana apuntándole el arma a Soledad. Soledad dió un grito. "Perdóname porfavor Ana, perdóname porfavor!" - dice rápidamente Soledad de rodillas y cabizbaja en la alfombra arañando tal. Mario con ambas manos le ruega a Ana que no sea estúpida y no cometa una tontería. "Mi amor te amo." - dijo Mario. "No seas tarado Mario, dices que me amas cuando te andas tirando a mi hermana." respondió rápidamente Ana. "¿Porqué Soledad, porqué hermana?" preguntó llorando sin calma Ana. "Ojala que ambos se pudran en el infierno!" - deseo en voz alta Ana. "Mario te aseguro que de aquí no van a salir bien." dijo Ana. Desde fuera una luz inmediata alumbro las cortinas del dormitorio y un disparo se oyó hasta los cielos. Soledad tiritaba atemorizadamente. Mario cubierto en una especie de polvo blanco. Ana disparó al techo haciendo un hueco y dispersando una espuma blanca por todo el dormitorio. Todos tosieron al unisono. "¡¡Ana!! La niña va a llegar o ¡¿ya llegó?!" dijo Mario. "¡Todavía falta imbecil no trates de cambiar el tema!" gritó Ana. "Ana porfavor piensa en la niña que se va a quedar sin padre, sin tia y con su madre tras rejas", dijo Soledad. Ana sonríe a medias. Algo tienes de cierto Soledad. La niña se va a quedar sin padre y sin tia. En lo que te equivocas es que su madre vaya a estar tras las rejas. Ahora suelta una sonrisa plena. "Pero An..." no termino Mario de hablar. El disparo retumbo por toda la habitación y había sangre desparramada en media cortina. Otro disparo se sintió inmediatamente ese fue dirigido a Mario que cayó de cara a la alfombra junto a su mesa de noche que tanto detesto cuando Ana lo obligó a comprar. Ana untada de sangre fue corriendo a la sala a ver si ya habia llegado su hija. Vió tras la ventana algunos niños sentados en una banca jugando con su nintendo. "¿Qué raro?" se preguntó a si misma. Por lo general esos niños se quedan ahí un buen rato despues de que el bus los haya dejado. De inmediato dirigió la mirada a la puerta y la vió sin seguro. Marilyn, asi se llama la niña, siempre deja la puerta sin seguro despues de que entra. Ana todavia no ha podido corregirle ese mal habito. "¡Marilyn!" dijo en voz alta atravezando las paredes. "¿Mi vida estás ahí?" preguntó nuevamente en voz alta Ana. Ana subía las escaleras lentamente vió la mochila de su hija en el pasadizo como usualmente la deja y sus zapatitos fuera del cuarto. Una luz intensa aparecia entre los bordes de la puerta semi abierta que provenia de la ventana del cuarto. Abrio la puerta lentamente y vio a Marilyn ensangrentada con la mirada vacia, como yendose de este mundo. El disparo al techo la habia atravesado. El telefono estaba colgando de su mano izquierda. Ana gritó y cuando se dirigía hacia Marilyn alguien la detiene de su brazo. "Alto!" dijo la persona tras de ella. Las sirenas de los policias se oian por toda la cuadra.

miércoles, julio 4

Muerte.

Temblaba sin parar. El olor a quemado estaba impregnado en mi. Podia ver el humo salir de entre mi. Nunca me lleve bien con el pero nunca habia de imaginar que tal sentmiento podria terminar de esta manera. Un timbre resonaba agudamente en mis oidos. Mis manos teñidas de rojo tiritaban sin cesar. Dedos entre abiertos y encogidos volvian a teñirse. La tarde anaranjada lograba verse en el techo por entre las persianas. Su mirada atemorizada me pedia perdon. En pleno verano y un frio aterrador. Mis extremidades hervian y mi torso frio. Mis parpados oscilaban mas seguido de lo normal. Veia que movia sus labios pero no oia nada. Perdon? Me parecio leer de sus labios. Se agarraba la cabeza y sus labios no cesaban de moverse. Ese timbre agudo disminuia poco a poco y el dolor aumentaba mas y mas. Un nudo en mi estomago y en mi garganta no me permitian completar ni una palabra y mis pensamientos iban tan rapido que no lograba recordar lo que queria decir hacia unos cuantos segundos. Sentia como mi muerte se acercaba. Aquel dolor punzante se agravaba mas y mas cada segundo que transcurria. El frio paso a ser helado y esa heladez ya no estaba solo en mi torso sino ya en todo mi cuerpo y se aproximaba a mi cabeza y lo sentia entrar por mi nuca. No dejaba de pensar en ella. Ella que me puso en esta situacion. Ella por la que di mi vida y mi muerte. Ella por la que rei y llore, ame y odie, vivi y mori. A mi izquierda vi unas luces rojas y azules. Significaba algo importante? No recordaba y no entendia nada. Ella? Solo ella, eso si entendia. Queria que este dolor lacerante cese de una vez por todas. Sentia que me iba, me iba, me iba. Una paz, un dolor, un frio y un calor me transcurria por el cuerpo, por mi alma, por mi ser. Ya no era mi nuca, era mi cabeza, eran mis ojos, era mi cuerpo, era mi vida...era yo.